El “Año Cortázar” llega a su momento culminante con la exhibición "Comienzo del juego" en el Centro Cultural Recoleta, donde se celebra la vasta y enigmática obra de Julio Cortázar, una figura ineludible de la literatura argentina y mundial. A través de una serie de eventos y exposiciones, el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires honra al autor de Rayuela en el 110º aniversario de su nacimiento y a 40 años de su partida.
En esta muestra multidisciplinaria e interactiva, las salas Cronopios, J y C, rebautizadas en su honor en 1994, despliegan un universo que atraviesa los paisajes más personales y artísticos de Cortázar. Un espacio de convergencia entre lo íntimo y lo fantástico, donde los visitantes se verán inmersos en la mente del autor que, a través de su literatura, rompió los límites entre la realidad y la ficción.
Salas J y C: Un recorrido por la vida y la obra de Cortázar
Las salas J y C, cuidadosamente curadas por Maximiliano Tomas y Pablo Gianera, respectivamente, presentan una colección inédita de materiales que trazan un mapa emocional y creativo de la vida de Cortázar. Desde objetos personales y cartas manuscritas hasta dibujos del propio escritor, las salas permiten un acercamiento profundo a las distintas etapas de su vida. La sala J transporta a los años de su infancia en Banfield y sus primeros pasos como escritor y docente, mientras que la sala C explora su consagración como autor en París, ciudad que adoptó como hogar y musa creativa. Estos espacios ofrecen una perspectiva íntima, como si el espectador pudiera pasear por la mente de Cortázar y descubrir cómo los recuerdos se transformaron en sus inolvidables palabras.
Cronopios: El túnel del azar y la fantasía
Un túnel serpenteante conecta ambas salas, una estructura pensada por el curador Rodrigo Alonso que refleja la naturaleza lúdica y aleatoria de la obra cortazariana. Este pasaje no solo es un símbolo de tránsito, sino que invita al visitante a experimentar la exposición sin un camino predefinido, en un juego constante entre la elección y el azar, muy al estilo de la narrativa de Rayuela. La muestra también cuenta con dos cortometrajes dirigidos por Eduardo Montes-Bradley, utilizando imágenes registradas por el propio Cortázar, además de instalaciones sonoras
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