En la vastedad del tiempo y el espacio musical, donde los acordes resuenan como ecos etéreos, nos encontramos con figuras que trascienden las convenciones, dejando una huella imborrable en la sinfonía de la historia musical. En esta ocasión, rendimos tributo a la memoria de Pablo Molina, un luminoso talento cuyo nombre reverbera en los corazones de quienes aman el reggae, el punk y el rock latino.
La noticia de su partida, ocurrida hace unos días, ha conmovido la escena musical y a sus innumerables seguidores. Nacido el 15 de abril de 1965 en Buenos Aires, Argentina, Molina fue más que un cantante y percusionista; fue un faro que iluminó el vasto océano de la música alternativa.
Los primeros acordes de Molina se entrelazaron en 1993 cuando se unió a la banda de punk-rock "Todos tus muertos" (TTM), inicialmente como percusionista. Sin embargo, el destino, siempre caprichoso, tenía reservada una sorpresa, y el potencial vocal de Molina emergió, convirtiéndose en el alma y la voz de la banda.
En el año 2000, tras algunas diferencias, TTM se despidió de los escenarios, y Molina tomó la audaz decisión de lanzarse como solista. "Abed Nego, Reggae classics en español Vol. 1" marcó el inicio de una nueva etapa, revelando su versatilidad al reinterpretar clásicos del reggae en español.
La música aún tenía planes majestuosos para Molina. En 2014, resurgió con el grupo Lumumba, inmerso en la exploración profunda de las raíces del reggae y la cultura Rastafari. Viajaron a Jamaica y colaboraron con notables como Fermin Muguruza.
El año 2016 trajo consigo el esperado regreso de TTM con Fidel Nadal, sacudiendo nuevamente la escena musical al unir a los miembros originales después de 16 años de separación.
Pablo Molina, además de su legado musical, afrontó valientemente una batalla contra el cáncer. El 6 de junio de 2022, anunció su retirada de los escenarios para enfocarse en su tratamiento oncológico, siguiendo el consejo médico.
Con su voz y pasión, Molina dejó una profunda marca en la cultura musical de América Latina, mezclando rock, punk y reggae, con letras impregnadas de la influencia del Movimiento Rastafari y la crítica social. A través de sus proyectos, demostró su habilidad para reinventarse y trascender las fronteras musicales.
La música de Pablo Molina perdurará en nuestros corazones y en los ecos de sus canciones. Su legado es un recordatorio de que la pasión y la creatividad pueden trascender los límites del tiempo y el espacio. Un homenaje merecido a un icono que sigue resonando en la esencia misma de la música latinoamericana.
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